lunes, 5 de septiembre de 2011

Los ecosistemas que vemos a nuestro alrededor pueden agruparse en dos categorías:

1) Naturales: como lo dice su nombre, son los que se desarrollan en la naturaleza de manera espontánea o natural sin la intervención del ser humano; se forman con el paso del tiempo y tienen características particulares de clima, suelo y cantidad de lluvia.
     En los ecosistemas habitan una multitud de seres propios de la zona, los cuales están acostumbrados a vivir bajo esas condiciones, y tienen como fuente principal de energía al Sol.
     El Sol proporciona la energía que aprovechan las plantas para realizar la fotosíntesis, y las plantas son el primer nivel en las cadenas alimentarias de donde los demás seres vivos obtienen la energía que necesitan.
     Son ejemplos de ecosistemas naturales los bosques, el desierto, las praderas, etcétera.



 2) Artificiales: a diferencia de los ecosistemas naturales la mayoría de las condiciones como lluvia, tipo de suelo e incluso organismos vivos,puede ser controlada por el hombre; por ejemplo: los huertos de hortalizas o de árboles frutales, los cultivos de cereales o los terrenos donde vive el ganado.
     En estos ecosistemas interviene el trabajo humano; se administra cierta cantidad de agua en forma de riego, se adicionan fertilizantes y se mantiene una supervisión.
     En los ecosistemas artificiales también encontramos factores bióticos y abióticos.
     Las casas, edificios, puentes, presas o construcciones en general se consideran elementos abióticos.

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